Otto Dix
09-03-06 Jorge Diezma
Fundación Juan March, hasta el 14 de mayo de 2006
Cuando se piensa en Otto Dix a uno se le viene a la cabeza la crítica social por medio de lo grotesco, que es una exageración morbosa de los defectos de una sociedad. Hace falta ver una exposición que abarque toda su trayectoria para poder hacerse a la idea de la magnitud de la obra de este pintor, y entender así que lo grotesco no es más que una de sus facetas: la que mejor encaja si se quiere describir una época concreta.
La historia necesita cierto tipo de resumen para poder ser contada. Si eres pintor en una época convulsa, tus cuadros habrán de adaptarse al filtro de los acontecimientos. Unos cuadros lo harán mejor que otros, pero puede que no sean los motivos pictóricos los que decidan qué cuadros cuentan. Puede que sea lo que cuentan lo que decida qué cuadros van a ser historia.
En esta exposición se puede disfrutar de unos cuadros extraordinarios, y no hace falta colocarlos en ningún contexto histórico. No hace falta reducirlos a lo grotesco para disfrutarlos. Son tan intensos e incómodos, tan bonitos, que se relacionan con el relato de lo humano como límite. Tratan sobre las capacidades y las faltas. Atañe a nuestro género a través de la tradición de la pintura, consciente de ésta y en total brega con ella. Descarnado y solo. Con momentos de verdadero extravío.
No dejen de ir a verla.