Por Quico Alsedo (
EL MUNDO.es / ROCK & BLOG)
Le doy al play, le vuelvo a dar al play, le doy otra vez. Y pienso: Nick Cave es un brasas.
Y lo intento, lo intento, lo intento. ¡Dios sabe que lo intento! Pero no siento nada.
Los amigos me llaman idiota. Las revistas me llaman idiota. Me digo: Idiota. Pero nada: Nick me parece un pesado cachalote. Un emperador desnudo.
Un asustaviejas. Un 'indiemachote'. Peor: Una marca.
Nick Cave, 'Dig, Lazarus, dig'
Un artista agotado, cuyo tremendismo está sobrevalorado y cuyas canciones son franquicias de su misma pose maldita (por más que ahora se parodie en sus videos: Tarde). Dios mío, ¡yo quiero integrarme, pero NICK NO ME DEJA!
Entendámonos: Su último disco, 'Dig, Lazarus, dig', me parece correcto. Está bien y tal. Suena crujiente, tiene el concepto de siempre, los Bad Seeds están estupendos, a Nick se le ve sentir y todo eso. Pero me llega cero. Si acaso, la belleza de algún fondo blusero cuando él suelta el micro. Y ya.
Lo escucho una vez, otra, otra, y a la cuarta digo: Basta. Con este soy anorgásmico, y ni Grinderman ni pollas.
Su presunto éxito en España, además, me chirría: El nivel medio de inglés es bajísimo y el fuerte de Cave son, por descontado, sus letras. O más bien sus sermones. En España casi nadie entiende lo que canta. Pero mola igual. Me lo expliquen.
Cada vez que me pillan en una misa, cada cuatro años o así (imponderables), me sobo. Las filípicas de Nick, que lleva muchos años viviendo de su pose de anticura, me causa el mismo efecto. Me soba el cura, me soba Nick.
Por algo otro arzobispo a tiempo parcial, Wim Wenders, le metió en la parábola 'El cielo sobre Berlín' (bella parábola, por otro lado): Wenders reconoció la habilidad predicativa de Nick The Stripper. Con la Iglesia hemos topado.
El disco: Como casi siempre, estructuras de 'blues' de diseño muy bien interpretadas, ricas y tal -los Bad Seeds se saben todos los trucos-, opacadas por el nasalismo recitativo e inane de Cave.
Un tipo ampuloso cuyas letras se plagian a sí mismas -¿HAN DE DURAR TODOS LOS TEMAS SEIS MINUTOS?-, y que musicalmente tiene un concepto gris de la originalidad, una voz poco o nada bonita, escasísimo sentido de la melodía, muy poco swing y estoy seguro de que le huele el aliento.
Y eso que antaño me hizo tilín: Hasta formé algún grupillo que no le caía lejos, y tuve en consideración la torva brutalidad de Birthday Party, y 'From her to eternity', y 'Your funeral... My trial', y 'Let love in'.
Lo que no se puede es RAYAR EL MISMO DISCO DURANTE 20 AÑOS, por Dios bendito, Nick. Que venga Dios y lo vea.
Démonos fraternalmente la paz.