A través del blog de David Bravo, descubro que Arcadi Espada dedicó hace unos días un artículo a defender el canon, ese derecho que le permitirá llevarse un pellizquito de nuestro bolsillo cuando compremos, por ejemplo, una impresora. Mis comentarios, entre párrafo y párrafo.
"El talento es gratis en España. Ésta es una afirmación indiscutible desde hace siglos. Y lo es en un doble sentido. Por una parte la mayoría de la población cree que el talento es perfectamente separable del trabajo. Es decir que el talento adviene (como la II República Española o como el presidente Zapatero) y es soplo de Dios o de la Fortuna, el Dios hembra. Por la otra, y en efecto vinculado, el español exige que el talento de los otros le sea graciosamente concedido, sin trámite ni tregua. El español, ducho en asaltos camineros, experimenta también la llamarada del honor cuando alguien presupone, basándose en estadísticas, que hay españoles que roban. Yo no, yo no, se rompe la camisa y muestra su pecho."
Así que los españoles somos unos ladrones, duchos "en asaltos camineros". ¡Qué útil es la sociología de andar por casa para justificar cualquier impostura! En su caricatura le ha faltado decir también que el español –ese ser extraño del que Arcadi habla sin incluirse en la definición– es de natural vago, machista, bajito y adicto a la siesta. No como en el mundo civilizado. El día que Arcadi Espada descubra que en Reino Unido, por ejemplo, no se paga canon, lo mismo tiene que buscarse un tópico nuevo. No sé, algo de los corsarios.
"Ya se habrá entendido que hablo del canon digital y de una de las campañas más demagógicas que se hayan organizado en este experto país de demagogias. Cuentan, ufanos, que han obtenido ya un millón de firmas en contra, Supongo que sabrán por qué: ¡firmar es gratis!"
Si la causa de que un millón de personas firme contra el canon es porque sale gratis, Arcadi Espada podría intentar el mismo truco para defender sus tesis: recoger firmas a favor del canon. También serían gratis, pero sospecho que le haría falta pagar para encontrar tantos apoyos. Ridiculizar así la opinión de tanta gente revela un tufillo antidemocrático algo inquietante: votar también es gratis.
"El canon es la respuesta a un paisaje fácil de explicar y de entender: el aumento de la facilidad de copia y disfrute de la obra original y la evidencia de que entre los países desarrollados España es uno de los más satisfecha y orgullosamente piratas."
El canon, según figura en la Ley de la Propiedad Intelectual donde se regula, no tiene nada que ver con la piratería. De ser así, lo mismo hasta estábamos de acuerdo –yo pago canon pero, a cambio, copio lo que quiera-. El canon no está relacionado ni con el 'emule' ni con el 'top manta': es una compensación a los autores por el derecho a la copia privada. Antes de tachar de demagogos a los que opinan distinto a ti, conviene documentarse.
España tampoco es uno de los países con mayor grado de piratería. Sólo es uno de los sitios del mundo donde más fácil lo tienen los gabinetes de prensa para intoxicar a los periodistas con mentiras.
"Como cualquier otro impuesto el canon tiene rasgos de injusticia: pero el que paguen justos por pecadores es el rasgo clave de cualquier medida impositiva."
A diferencia de los impuestos, el canon es una tasa privada. Y el único rasgo clave de cualquier impuesto no es la injusticia: es que sea el Estado quien recaude.
"Contra él se han alzado en bullicioso tropel la necedad, que es lo más liberal que existe; la aplicación de la línea general estalinista: si lo hace el Gobierno, malo será, y la digitación juvenil vigente, esa suerte de pickpockets de 20, de 30, de 40, y ¡hasta de 60! años, jóvenes todos, que aspiran a jubilarse (y van a conseguirlo: ivaya si van a conseguirlo[) sin haber tenido que pagar nada por nada. La generación del gratis total, que entiende la vida como un grifo que se abre y mana, sin más plan, y para la que el principal rasgo de la sociedad virtual es el de la desaparición del proceso, es decir, del sudor y del dolor, sustituido por la mágica emulsión del objeto."
A favor de él –oh, casualidad– sólo se han alzado los que cobrarán del pastel. Y ni siquiera. Contra el canon en las bibliotecas –otra barbaridad de la misma escuela– han firmado decenas de escritores españoles, autores que renuncian a ganar un duro más que consideran injusto y contrario a sus intereses y que no confunden valor y precio, no como los necios de los que habla Arcadi Espada.
"Visto lo cual, y con independencia de porcentajes, excepciones y de la obvia necesidad de control de los fondos subvenidos no creo que pueda discutirse que la aprobación del canon es uno de los escasos proyectos regeneracionistas de que puede dotarse la sociedad española.
Visto lo cual, conviene recordar lo bien que viene informarse antes de establecer qué temas son de una bondad indiscutible. El canon no es ningún nuevo proyecto regeneracionista que vaya a salvar España: lleva en vigor desde hace más de dos décadas con los resultados conocidos. La novedad es que las tarifas serán más altas y también serán más los soportes obligados a pasar por caja. Antes pagábamos canon cuando comprábamos, por ejemplo, una cinta de vídeo aunque el artista fuese nuestra prima en su bautizo. Ahora pagaremos canon hasta con la memoria para la cámara de fotos digital, no vaya a ser que retratemos a Chenoa.
"España (sólo hay que ver el lugar que ocupa en la generación de patentes) destaca meritoriamente en la copia. Ferran Adriá es el único español que no lo hace, y de ahí las burlas que concita su trabajo. Quiá cabreros... Un intratable país de copiones. Puede que si se grava la práctica nos dé por empezar a producir algo original. Esta práctica que hasta la fecha sólo nos lleva a la ruina y al ridículo."
Los cocineros, por excelentes artistas que sean, no cobran ni cobrarán ni un euro del canon. Tampoco estarán en el reparto los creadores de videojuegos, los bloggers ni los toreros, por mucho que haya quien defienda que lo suyo también es arte.
Las patentes protegen la propiedad industrial, son un tipo de figura legal muy distinta al derecho de autor y tampoco ganarán nada de esta tasa privada. Las patentes industriales no generan derecho a cobrar del canon. Más bien al contrario: es una industria, la tecnológica, junto con los consumidores quienes pagan la factura.
El líder mundial en número de patentes es Estados Unidos, un país donde el canon no existe.