¡Como para escribir sobre música! Lo único notable ha sido caer derrotado frente a la TV, zapear hasta los 40 Populares en español y asistir con paciencia franciscana al repaso de fin de semana. Solo para corroborar que la mayor parte de los grupos españoles de éxito son de una vulgaridad compositiva y de una ejecución verdaderamente lamentables. ¿A que viene ese acento flamenquito-salsoide? Yo al menos he cumplido: hasta el año que viene por estas fechas no pienso escuchar ni a Fito ni al Loco y mucho menos a los horrísonos Amaral. Incluso una vez al año hace daño, pero tengo por delante 12 meses para recuperarme.
No obstante, incluso en estas fechas tan señaladas se escapa alguna idea que merece la pena perseguir. Hablábamos un amigo y habitual de este blog sobre el año cuando me preguntó: ¿Te parece a ti que esta es la época con mejor música de la historia? No tuve que pensar mucho para dar una respuesta afirmativa. Es decir, quizás pueda decirse que el mejor Pop es el de los sesenta, que al Rock le fue muy bien en los 70, que en los 80 comenzó a cumplirse la promesa del punk cuando llegó el post-punk, que electrónica como en los 90 no la ha habido ni la habrá… Y así podríamos seguir, realizando subdivisiones como el art-rock (en España conocido por "sinfónico"), como el experimentalismo electrónico… Para una gran cantidad de gente, cualquier pasado fue siempre mejor, quizás. Solo quizás, ¿porque lo identifican con su juventud?
Dejando nostalgias de lado, por muy justificadas que se sientan, es difícil imaginar una época en la que se haya producido tanta música interesante comoesta que vivimos. Y ello en multiplicidad de géneros, estilos y subestilos. No voy a poner ejemplos, solo hace falta echar una ojeada alrededor para comprobar la inabarcable cantidad y arrojo de la oferta. Y es lógico que así sea: hemos llegado a un momento socio-tecnológico donde la ética punk del DIY (hágalo usted mismo) ha alcanzado un punto de plenitud generalizada gracias a la posibilidad, no ya solo de grabar las propias piezas en el propio dormitorio, sino también de producirlas (CD Rom, mp3) y distribuirlas mediante la Red.
La explosión puede traer consigo horrores como El Koala, pero esto lo hemos padecido siempre, que en ese aspecto, cualquier época pasada fue igual de hortera. Pero ha traído sobre todo la posibilidad de que cientos de miles de personas se hayan visto pertrechadas de los medios necesarios para probarse en la música (o en el video o en la fotografía, ya puestos). Promesas que antes quedaban frustradas en el aislamiento y en la falta de recursos pueden ahora presentar su trabajo literalmente a todo el mundo. Y de esa torrencial oferta están surgiendo cada día ideas y aproximaciones nuevas, búsquedas idiosincrásicas que antes morían nonatas.
Si, hoy pueden abrirse mil flores y entre ellas las hay fascinantes. Ningún tiempo pasado fue mejor.
¡¡¡Feliz año!!!