"Cogí la cámara y empecé a caminar por ahí". Así, tan simple y al parecer azarosamente comenzó en 1973 la historia del trabajo "en el vídeo" de uno de los artistas más influyentes y reconocidos de su generación. Tras su paso por el MACBA (1998) y el IVAM (1992-93) y sus puntuales participaciones en proyectos teóricos y exposiciones colectivas (como Tiempos de vídeo presentada en 2005 en CaixaForum de Barcelona), la obra de Gary Hill incorpora las nuevas tecnologías a la conocida línea de programación de prestigio de la Fundación Juan March. Tres instalaciones (dos de ellas inéditas en España) y una canónica selección de vídeos en monocanal, ofrecen un significativo resumen de los procesos experimentales que desarrolla la obra del artista, básicamente centrada en las relaciones entre las palabras y las imágenes electrónicas.
Comisariada por Holger Broeker –responsable también del catálogo razonado del artista– sobre los fondos del Kunstmuseum Wolsfurg (que posee el 90% de las obras en monocanal y numerosos trabajos de Hill hasta 2002), la exposición incluye piezas muy tempranas, como Bathing, de 1977, que propone un estudio de la plasticidad y la densidad cromática de la imagen y el color digital, o Mouth piece, otra grabación monocanal de 1978, que estudia las correspondencias visuales entre el cuerpo y las formas electrónicas. El núcleo de la exposición se circunscribe al análisis de las relaciones cambiantes entre el lenguaje, el habla y la palabra, al examen de las polaridades que se dan entre imágenes y sonidos o textos e imágenes y, sobre todo, a explorar las relaciones estructurales y orgánicas entre los fenómenos lingüísticos y electrónicos, y a observar el fenómeno de la proyección como mecanismo de percepción. Todo ello, ha animado desde sus inicios la exhaustiva investigación de Gary Hill y su empeño en descubrir las posibilidades del vídeo como herramienta de pensamiento y deconstrucción de la realidad. Después de sus hallazgos en obras como Electronic Linguistics (1978), Full Circle (1978) o, entre otras, Picture Story (1979), un paso adelante en la exploración de ese triángulo formado por la cámara, el binomio espacio/tiempo y la persona, lo ejemplifica Comentary, una obra sonora de 1980 que se basa en la interacción del propio artista (de su cuerpo en movimiento mientras habla) con la cámara y que supone la primera experiencia de creación de un vínculo entre la estructura silábica y cada cambio de imagen. Este recurso, fundamental en obras posteriores, alcanzará uno de sus mejores registros en Around & About, una pieza de 1980 que no forma parte de la exposición.
Representativas del principio de interactividad que rige las obras de Hill, son la instalación Twofold (goats and sheep), de 1995/2002, que simultanea el recitado de unos textos escritos por el artista con los gestos que hacen las manos que los traduce al lenguaje de signos, o Meditations (una nueva versión de Soundings), que genera una nueva correlación entre imagen y sonido, al ir cambiando la percepción acústica y visual a medida que la arena se va introduciendo por el altavoz. Como colofón de la exposición –y acaso cerrando ese arco conceptual que nos devuelve a Heidegger y a Searchlight–, Red Technology (1994) obliga al espectador a visualizar y a escuchar los textos de Frage nach der Technik, enfatizando el rol reflexivo del vídeo y convirtiéndolo una vez más en un valioso recipiente de inquietudes y silencios.
Publicado originalmente en www.elcultural.es